miércoles, 7 de noviembre de 2012

TIPOS DE MAGIA Y MAL DE OJO

Si hay magia buena o blanca son cuestiones debatidas por los expertos en este terreno durante mucho tiempo. Unos utilizan ambas con fines positivos. Otros, por el contrario y lamentablemente, con objetivos poco éticos.

La magia es el arte de la transmutación de las cosas y con ella se persigue la permutación de lo establecido. Teóricamente sólo hay un tipo de magia, sin embargo, los expertos insisten en afirmar y reiterar que hay una magia blanca que es la encargada de obrar acciones que persiguen el bien.

Dentro de la magia blanca encontramos los sortilegios de protección, los hechizos catalizadores de la buena suerte y las invocaciones generalmente con la ayuda del humo del incienso, que se hacen en honor de las entidades protectoras de los magos.
Magia sexual
No séra la primera vez que oyes que alguien tiene un truco para atraer sexualmente a una persona. Hay gente que afirma manipular las energías para conseguir unos objetivos muy claros: conseguir a una persona a costa de lo que sea.

La magia sexual se trata de una curiosa disciplina de carácter mágico según la cual todo, absolutamente todo, puede lograrse gracias a la intervención del sexo en los rituales mágicos. Según la tradición para que la magia sexual tenga mayor efecto es preciso que la ceremonia este oficiada por un hombre y una mujer que serán iniciados en el arte del sexo por magos de mayor experiencia que ellos.

En general la magia sexual es una disciplina heredada de culturas más antiguas y especialmente de tiempos en los que hombres y mujeres simulaban hacer el amor con la tierra para así lograr que sus deseos se cumpliesen.

Magia negra
La magia es el arte de la transmutación de las cosas y con ella se persigue la permutación de lo establecido. Teóricamente sólo hay un tipo de magia, sin embargo, los expertos insisten en afirmar y reiterar que hay una magia blanca que es la encargada de obrar acciones que persiguen el bien.

Dentro de la magia blanca encontramos los sortilegios de protección, los hechizos catalizadores de la buena suerte y las invocaciones generalmente con la ayuda del humo del incienso, que se hacen en honor de las entidades protectoras de los magos.




¿QUÉ ES EL MAL DE OJO?
El concepto Mal de Ojo procede del término "fascinación" que significa hechizo o encantamiento negativo. Su existencia se basa en el uso que ciertas personas, magos, hechiceros o incluso chamanes, hacen de sus fuerzas mágicas.
En la Roma Clásica perfumaban las viviendas con hojas de eucaliptos que colgaban cercanas a la puerta de la entrada para mitigar la fuerza de un maleficio. La tradición popular aconsejaba no mirar jamás a un reo que estuviera sangrando, pues su rabia podría provocar el aojamiento. En Grecia se decantaban por las esencias de aloe y mirra para mantener alejado el mal. 

En el Egipto antiguo el ojo de Horus era el mejor talismán para evitar ser poseído por un mal de ojo tan fácil de provocar como un guiño. La creencia popular afirmaba que no era bueno mirar directamente a los ojos del faraón, pues con su poder divino podía desmembrar el alma de quien fijaba la mirada en él. 

En la América precolombina, Mayas y Aztecas tenían numerosas formas de protección contra el mal de ojo, que podía ser provocado mirando a un enemigo, al tiempo que se masticaba maíz que había estado antes en la boca de un muerto. Y en algunas zonas amazónicas, sin ir más lejos, cuando el chamán conjura a los demonios, sus compañeros de tribu prefieren mirar al suelo antes que ser maldecidos eternamente. La tradición nos dice que una persona dotada de mucho poder energético puede, si se lo propone, generar negatividad en el entorno donde se encuentra. Pero con el mal de ojo tenemos que ir todavía más lejos. Según la teoría, el iniciado o mago negro tendría suficiente fuerza como para condensar en su interior el mal y proyectarlo a través de los ojos mediante una profunda y gélida mirada sobre sus víctimas o incluso sobre la fotografía de éstas. 
Los terapeutas versados en mecánica vibracional definen el mal de ojo como una enfermedad mental transitoria en la que se unen las creencias personales con la depresión, apatía y la falta de objetivos en la vida. Por su parte, los acérrimos defensores de las artes mágicas aseguran que el mal de ojo, como la mayor de las maldades que es, puede provocarse no a través de una simple mirada, sino con una compleja formulación ritual, logrando que el afectado pierda todo interés en vivir.

La verdad es que mito y realidad confluyen en una temática tan controvertida como apasionante. El mito lo encontramos en las creencias que aseguran que el aojamiento se contagia, ya sea mediante relaciones sexuales con un portador de maleficios o a través de la mirada de una mujer que, estando embarazada, sea estrábica y además jorobada. En la Edad Media se mantenía la creencia que al asistir a un ágape de alguien poseído por el mal de ojo, el único remedio para no contraerlo a través de la comida era masticando durante todo el encuentro el diente de un ajo morado.

La realidad, folclore al margen, está en los miles de personas que en todo el mundo ven que, de un día para otro, la mala suerte parece perseguirles. Pierden sus trabajos o parejas, viven en la más insoportable angustia y apatía o notan presencias extrañas a su alrededor. 

¿Qué hacer?
Ante todo, si creemos que padecemos mal de ojo, no debemos perder la calma ni creer a pies juntillas que hemos caído en desgracia. Lo peor que nos puede pasar es que vivamos una época más o menos corta de "mala suerte". Debemos mantener la serenidad, comentar con personas de confianza el estado mental por el que pasamos, indicándoles nuestra apatía, inseguridad, etc. Podemos y debemos solicitar ayuda a nuestros amigos y seres queridos para no estar solos y vivir momentos de distracción. Al menor síntoma físico serio visitaremos al médico. Debemos intentar no pensar en el concepto "aojamiento". Buscaremos el lado positivo en todo lo que hagamos y rehuiremos explícitamente de aquellas personas o situaciones que nos resulten negativas o nos generen tensión.
Sintomatología del mal de ojo
¿Cuáles son los síntomas del mal de ojo? A continuación se detallan varios indicios para saber si se sufre este padecer. Por supuesto, son indicaciones generales y tampoco significa que aunque padezcamos varias de ellas, tengamos mal de ojo. Antes de tomar cualquier medida, si creemos que hemos sido aojados, debemos estudiar fríamente qué está pasando y recurrir a la ayuda de un buen amigo o un profesional de confianza si ello fuera necesario.

1.- Sintomatología Física.
- Repentinos dolores musculares y calambres aunque la persona no ha realizado ninguna actividad física.
- Tensión en las cervicales y agudos dolores de cabeza que, pese a repetirse, vienen y se van en cuestión de minutos.
- Picores por todo el cuerpo, pero manifestados de forma especial en coronilla y entrecejo.
- Problemas de gases intestinales de difícil justificación y peor control, con emisiones de olores muy fétidos y persistentes.
- Sudoraciones repentinas con gran producción de olores desagradables y con matices de óxido.
- Cambios repentinos de temperatura corporal seguidos de fuertes dolores en los ojos.
- Turgencia sexual injustificada o no provocada ni alentada de forma emocional.

2.- Sintomatología Mental.
- Audición de palabras obscenas o mortuorias que en apariencia no son pronunciadas por persona alguna.
- Fuertes deseos sexuales que desaparecen de forma repentina especialmente cuando el afectado desea ponerlos en práctica.
- Falta de objetivos en la vida, apatía a la hora de realizar cualquier tipo de acción incluso las que hasta la fecha eran muy apetecibles o divertidas.
- Sentimientos de negatividad, falta de autoestima. Creencia de incomprensión por parte de los demás.

3.- Sintomatología del Entorno.
- Participación en pequeños pero continuos accidentes. Resbalones, caídas, golpes y tropiezos al caminar.
- Visiones de hechos desagradables, peleas, discusiones y participación en trifulcas no justificadas.
- Miedo en los desplazamientos, inseguridad al caminar por la calle y sensación de ser perseguido.
- Miedo a la oscuridad. Visiones extrañas y negativas que el afectado ve sin saber si está o no soñando. Presencia de monstruos y figuras denigrantes en sus sueños o pesadillas.
- Mala suerte en general. Fracasos en todos y cada uno de los proyectos que se ponen en marcha. 

Entrevista con Mitxel Mohn, escritor especializado en artes esotéricas
Pregunta: ¿Hasta qué punto podemos creer en el mal de ojo?
Respuesta: Yo prefiero preguntarme, ¿hasta qué punto podemos negar su existencia? La verdad es que hay mucho mito. Ciertamente la negatividad existe pero también hay quien se empeña en verla por todas partes.

P.: ¿El concepto de mal de ojo debe entenderse como mágico o como emocional?
R.: La magia es emoción, energía, vibración y, por tanto, el mal de ojo puede ser ambas cosas a la vez o ninguna de ellas.

P.: ¿Desde qué punto de vista hay que combatir este mal?
R.: Restándole hierro, por supuesto. Antes de establecer un diagnóstico debemos valorar muy bien lo que está pasando. Si consideramos que podemos estar aojados, debemos comenzar por cambiar de actitud mental y para ello hay algunos trucos y actitudes ya sean de orden psíquico o mágico.

P.: ¿Y pedir ayuda a un profesional?
R.:Si sabemos a quién estamos recurriendo y creemos que con ello podemos lograr un beneficio, sí. Pero en casos como este el mejor terapeuta es uno mismo y el mejor mago también. Muchas personas se equivocan pensando que dejándolo todo en manos de un profesional de las artes mágicas resolverán su problema. La comodidad no es compatible con la magia.

P.: Aojados: ¿Haberlos, hailos?
R.: Por supuesto. He conocido a bastantes en mi vida, pero no te contagian porque les mires, ni por intentar ayudarlos. Al contrario. Cuando más luchas contra el mal de ojo o ayudas a otros, más refuerzas tu psiquismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario